¿Cuál es la mejor forma de tomar mezcal?

Los reflectores de la industria internacional de vinos y licores están cada vez más pendientes de lo que se hace con el misterioso mezcal. Ese enigmático destilado que, a diferencia de su primo el dicharachero y festivo tequila, prefiere la paz de un pórtico para mirar el horizonte en silencio. Pero ¿de dónde ha sacado su encanto el mezcal? ¿Cómo y con qué se toma el mezcal, bebida de los dioses, cura de todos los males? ¿Por qué anda en boca de todos, literalmente hablando? Y, sobre todo, ¿cuál es la mejor forma de tomarlo? Continúa leyendo que aquí vamos a contártelo.

Un sorbito de historia

Qué seriedad y formalismo se le otorgaría al mezcal si en algún códice o vestigio arqueológico se confirmara fehacientemente que el mezcal era bebido por los gobernantes y sacerdotes de las grandes capitales mesoamericanas, como en Cacaxtla o Monte Albán. Pero hasta el momento no hay evidencia contundente de esta teoría. 

Mientras tanto, el mezcal se desliza entre los huecos de la historia tomando su sabor y sus notas misteriosas de fiestas regionales, rituales y hasta curaciones. El mezcal ha sido elíxir, consuelo y medicina durante muchos siglos en distintas regiones de México. Camina en silencio la sierra y enciende de a poquito las reuniones. Luego se va sin hacer ruido ¡y sin causar resaca! La verdad es que si hay algo con que se debe tomar el mezcal es con la conciencia de su valor cultural. 

El mezcal no lleva prisa

Uno de los aspectos más importantes para disfrutar del mezcal, es entender que esta bebida no se consume a tragos, sino a besos. Un trago pequeño que pasea por cada rincón de tu boca despierta tus papilas gustativas es más emocionante que un trago que quema todo a su paso. Además de su característico sabor, el mezcal tiene notas dulces que se llevan muy bien con algunas frutas, postres y chocolates. Por tanto, es también un excelente protagonista de creaciones mixológicas, y esto amplía las opciones con qué se toma el mezcal. 

¿Dónde lo sirvo? 

La tradición dicta que, en una jícara, aunque la practicidad te ofrecerá un vasito de veladora, mientras que la elegancia traerá una copa de coñac, y la precisión pondrá el alto y mostrará su caballito mezcalero. Todos son buenas opciones para compartir un mezcal.

Mezcal con “m” de mixología y maridaje

El mezcal es una bebida fácil de maridar con la gastronomía mexicana, y también es una oportunidad para crear bebidas llenas de vigor y elegancia. Por ejemplo, las margaritas de mezcal ganan cada vez más adeptos en todo el mundo, pero hay bebidas como la sangría, que con un toque de mezcal se convierten en la opción más refrescante y chic para el verano. 

Si quieres saber con qué se toma el mezcal, pon atención: este destilado se lleva muy bien con jugos de fruta, especialmente los cítricos, como naranja y toronja, pero también aquellos que son sumamente dulces, como el mango y la piña, o ácidos, como la jamaica y el tamarindo. El refresco de cola también se lleva muy bien con el mezcal. 

Por supuesto, los cócteles y maridajes tienen que considerar la gran variedad de agaves que se emplean en cada mezcal: tobalá, bicuixe, tepeztate… ¿Ya probaste UNITO, destilado de agave espadín? ¡Es uno de nuestros mezcales más solicitados!